Han pasado ya más de 15 años.
Mi hijo de tres años está muy enfermo, tiene cáncer.
Mientras él juega en el Hospital, yo repaso distraída las paredes y llaman mi atención unas palabras escritas en un papel y pegadas a un corcho:
MIL Y UNA ESPERANZAS
Eso era justo lo que yo necesitaba.
Es de esas veces que sientes que alguien te habla, que las cosas pasan por algo, que no es una casualidad… o sí.
Pregunto a las enfermeras, a otros padres, nadie sabe…
Parece que fue idea de otra madre y de su hijo.
A mí me parece que ese cartel esta ahí para mí.
Para mi hijo.
Para todos los niños que como el mío están en lo que probablemente sea el peor momento de sus vidas.